Santiago de Querétaro, Querétaro.
La verdad es que me gusta mucho Querétaro pues, con su sierra gorda, no tiene nada que envidiarle a su vecino Potosí. Me gustaría poder decir que lo conozco mucho pero realmente es poco y esa es la razón principal por la que llegamos acá.
Nuestra estancia fue breve pero sustanciosa. Tuvimos donde dormir gracias a Fernanda, a quien contactamos por Couchsurfing. En esta foto ella usa una gorra.
Ahora, el centro histórico de Querétaro es impresionante. Me pareció que guardaba mucha similitud con el de Zacatecas y San Luis Potosí. Por ahí leí justamente que Querétaro era la palabra más hermosa del español y no, no es broma, esto según cierto estudio realizado por el Instituto Cervantes en Madrid, españa. Alguna validez debe tener, ¿no?
Querétaro (según) significa "Isla de las salamandras azules" y esa es la razón por dicho galardón. Según, por que no hay evidencia real que lo demuestre aunque, eso no le resta belleza ¿cierto?
Caminando por el centro me encontré un puesto de quesadillas hechas con maíz negro. Hasta ese día no había probado otro maíz que no fuera el blanco o amarillo que todos conocemos. Digo, sabía que hay muchos tipos de maíz pero no había probado ni uno hasta entonces. ¿Veredicto? Realmente una delicia.
También visitamos un museo donde podías ver toda la historia del estado, desde la era prehispánica hasta la contemporánea. Me gusta la historia, por lo cual siempre es menester visitar lo museos. Tengo la idea de salir siempre con algún dato más que desconocía y eso, ya es útil.
En el siglo 17 y 18 pocas eran las personas que sabían leer o escribir. Sucedía algo muy curioso por que tan solo saber eso y un poco de matemáticas cambiaba drásticamente tu status social. Pero debido a la poco accesibilidad que había en las escuelas para los campesinos, el yugo de esta minoría continuo por muchísimos años.
Fue además en este estado donde se promulgó la Constitución de 1917, la cual sigue vigente hoy día.
Una carroza característica y en la que se transportaban las más grandes figuras de la época. Deben saber que tener una carroza así no era algo precisamente común, no es como ahora que todos (con mucho esfuerzo) pueden comprar un carro. Era algo realmente poco fácil de obtener.
Las ruedas de metal, me recuerdan una historia, verdadera he de aclarar. Cuando los españoles llegaron a América se dieron cuenta que la rueda, acá no existía. Eso les sorprendió mucho por que era algo que habían inventado sus antepasados hacía ya muchísimos años, quizá desde antes de cristo. El asunto era, que los Mayas o Aztecas no tenían la necesidad de "inventar" la rueda por así decirlo, ya que antes de los españoles, aquí no había bestias que jalaran dichos artefactos.
Era poco menos que inútil pues, inventar algo como la rueda si podían resolver de manera eficaz cualquier cosa que se hiciera con ella.
Aquí podemos ver el modelo en cera de un revolucionario de antaño. Con su característico bigote y su barba rala. A su vez, un cañón que probablemente date del siglo 17. Desconozco el por qué de su vestimenta tan contemporánea..
Recorrer Querétaro fue algo muy agradable. El clima de aquellos días fue encantador, nublado o muy poco soleado. Mis favoritos. Sus calles son muy preciosas y uno tiene que ir siempre mirando arriba por que son impresionantes los acabados y diseños de las antiguas estructuras.
Y quería guardar lo mejor para el final. Iba caminando por ahí cuando en una dulcería vi un letrero que me resultó exageradamente chusco y aumentó mi curiosidad. El cartel en cuestión decía "Se venden pedos de monja". Vaya uno a imaginarse mi risa cuando lo leí. ¿Qué es un pedo de monja? Entré a la dulcería a preguntar y me explicaron que eran unas galletitas. Así, tal cual. Galletitas.
Me vi tentado a comprar una bolsa solo para saciar mi curiosidad pero el costo era de más de $50 pesos, lo cual significaba derrochar un día de comida. Por supuesto me quedé con las ganas. Luego investigué el por qué del nombre y encontré la chusca historia.
Resulta que estas galletitas son tradicionales de Cataluña, España. Un día un pastelero Italiano que vivía en Barcelona se le ocurrió hacer galletitas con forma de seno de mujer. A su obra maestra la llamó Petto di monaca que significa Pecho de monja. Más tarde pasarían a ser llamadas Pets de monja y así serían conocidos mundialmente.
Me supongo que con la llegada de los españoles alguno trajo de esas galletitas y enseñó a los indios a elaborarlas. Con el eventual paso del tiempo y como buenos mexicanos que somos, los apodamos Pedos de monja.
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Foto sacada de internet |
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