Col. Juárez | Cueva de la Olla | Valle de los Piloncillos, Chihuahua

 

En mi estadía por Casas Grandes tuve la enorme suerte de conocer a Guillermo(62) y Pepe(41) quienes se ofrecieron a darme un tour por los alrededores. Así fue como conocí la Colonia Juárez. Esta (junto con la Col. Dublán, Pacheco y Gracía) es uno de los primeros asentamientos mormones en el país. En ella se encuentran puntos de interés como el Templo Colonia Juárez, construido en 1999 y en donde se realizan ceremonias. Se me comentó que es un lugar donde no cualquier mormón pudiese entrar a pasear; para entrar se debe tener un muy buen motivo. 


También está la Academia Juárez, nombrada así en honor a don Benito Juárez. Este recinto fue construido en 1904. En él se imparte secundaria y preparatoria, graduándose los alumnos con el mérito de ser bilingues. Cuenta con un campo de futbol americano y su arquitectura es del estilo Victoriana. 


Más tarde me llevaron a La Cueva de la olla, nombrada así por que hay precisamente una estructura con forma de olla en la entrada. Esta cumple la función de granero en la que los antiguos pobladores guardaban sus cosechas de Chile, Frijol y maíz. El lugar es uno de los más representativos de la cultura Paquimé.



A 400 metros se encuentra la Cueva de las golondrinas, nombrada así por los múltiples nidos de esta ave que se encuentran aquí.



Los paisajes que puedes contemplar en estos lugares son impresionantes. Llanuras repletas de zacate amarillo, una sierra llena de arboles y rocas gigantescas, provocan en ti un bienestar. El bienestar de poder estar ahí en ese momento.



También encontrarás en esta cueva vestigios de pinturas rupestres, que quizá daten desde tiempos tan antiguos como 5500 A.C. Las pinturas aún se conservan visibles y te permiten conocer un poco de como se expresaban nuestros ancestros. Desde donde viene el arte y como comenzó. ¿No es fascinante?


A 300 metros de aquí se encuentra la Cueva del Zorrillo. Esta es una cueva artificial que usaban de igual manera los antiguos pobladores de la región. Llama la atención las casas que construyeron dentro de ellas y sus techos negros. Me comentó Guillermo que son de este color por que antes de habitarlas solían prenderles fuego para que esta durara más y no se desmoronara. 

Otra cuestión que me gustaría aclarar es lo frescas que son estas cuevas. No sé si se deba a el tipo de piedra, el clima o su arquitectura pero en verdad es muy agradable dentro.




Rumbo a la comunidad de Cuesta Blanca está un lugar muy particular donde el padre de Pepé lo llevaba cuando pequeño. El valle de los Piloncillos. Lugar muy tranquilo, solitario y pacifico. En él puedes tomarte el tiempo de caminar, contemplar las extrañas pero curiosas estructuras mientras ves al sol meterse por el horizonte. 



Llegar aquí no es nada fácil pues tienes que hacer un largo camino por la sierra rumbo a Mesa del Huracán. Este lugar en especial está muy metido en la sierra pero si lograses llegar valdría totalmente la pena. Se respira paz absoluta, incluso desde aquí puedes admirar paisajes hermosos que solo la Sierra de Chihuahua puede ofrecer.




Estoy infinitamente agradecido de haber tenido la dicha de andar por estos lugares tan recónditos en la sierra. A Guillermo y a Pepe por haberme compartido su tiempo y sus historias. A universo, que me ha permitido llegar hasta acá y conocer solo a personas increíbles. No puedo pedir más en la vida. Agradeceré de la única manera en que puedo; continuando.

Gracias por leer.

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