Ruinas de Tamohí y El nacimiento (o Tamuín parte 2)
A bordo de una camioneta Ford 91' gris, llegamos a nuestro destino.
Llegamos cerca del medio día y el sol estaba a plomo. Como mochilero uno debe hacer las pases con el astro rey, de lo contrario se lo pasará quejándose, afectando así su experiencia. Caminamos medio kilómetro y llegamos a la entrada del lugar. Un señor de aspecto somnoliente nos atendió y nos dio un pequeño tour por el lugar.
Aquí vivieron los Huastecos, más o menos en el periodo de 1100 a 1300 D.C.
Lo que me sorprendió de estas ruinas es que fueron construidas con conchas, caracoles marinos y piedras. Ademas de como permanecen tan bien conservadas aun con la inclemencia del tiempo.
En el recinto encontré dos cosas que llamaron mi atención de manera particular. Un altar con fines religiosos y un espejo de agua (actualmente seco) que usaban los huastecos para examinar el universo.
Tras una larga caminata por el lugar y conocer un poco de historia, de nuevo estuvimos en la carretera. Alguien se detuvo a darnos ride y en un rato ya habíamos llegado a "El nacimiento".
"Miren, ustedes nadamas van a seguir por este sendero y van a llegar ¿sale? nos vemos, cuídense."
Había un letrero bastante deteriorado del lugar y una cerca que ciertamente no cumplía muy bien su función por lo vieja que era. Como no vimos a nadie que nos pudiera dar el acceso, entramos.
Pensamos que iba a ser un paseo en el campo, pero no... Nadie nos advirtió que debíamos caminar 4 kilómetros por este sendero para llegar finalmente.
Una vez allí y tras, literalmente, una hora de caminata con nuestras pesadas mochilas, pudimos llegar. Que belleza de lugar, en verdad. Era como si tuvieras un mini-bosque con aguas turquesa para ti solo.
El suelo era de tierra pero había muchas hojas en él, haciendo que se viera más bello aún. Nos pusimos cómodos y antes que cualquier otra cosa, armamos nuestra casa de campaña por si llovía.
Disfrutamos más tarde el agua y caminamos un poco por el lugar. Me preguntaba como un lugar tan maravilloso estaba en esas condiciones de abandono. Unas estructuras que fungían como baños estaban grafiteados, los botes de basura al tope... de repente escuché que una camioneta se venía y me asusté mucho. Pensé "Si nos hacen algo aquí, nadie se da cuenta". Una camioneta roja llegó y de él se bajaron dos personas, un hombre con barba y un chico como de 20 años. Los observé apenas se bajaron y traté de ver sus intenciones. Caminaban despacio y noté que también trataban de examinarnos. "Buenas tardes" dijo el de barba tratando de romper el hielo. "Somos los que trabajamos aquí. Mi patrón es el dueño de este lugar, están en propiedad privada.."
Nosotros respondimos que no lo sabíamos y que en Tamuín nos habían dicho que viniéramos y visitáramos el lugar. "Bueno, si les dijeron está bien. Por entrar no se les cobra nada, solo que me notifiquen. Veo que tienen casas de campaña... en ese caso nosotros cobramos $50 pesos por persona para acampar". Negociamos el precio hasta que el señor nos dijo que no nos iba a cobrar nada, solo una recarga de $30 pesos al día siguiente. Nos dio su numero de teléfono y aceptamos el trato. Se marcharon y nosotros nos quedamos más tranquilos. Más tarde y sin previo aviso comenzó a llover por lo que tuvimos que mover las casas de campaña a una palapa con piso de concreto. Ni modo.
La noche estaba cayendo a medida que el clima se tornaba más frío, así que cada quien se metió a su casa de campaña. Yo leía por que no tenía sueño y mi princesa (que se duerme en cualquier posición existente) yacía dormidita a mi lado. Me quedé observándola unos minutos hasta que unos ruidos provenientes del exterior me dieron miedo. Cuando uno está ahí, solo en medio de la naturaleza y escucha todos los ruidos del bosque, le da a uno miedo ¿ves tú? uno no está acostumbrado a esa clase de contacto. El bosque está vivo, tanto de día como de noche. Abrí el cierre de la casa de campaña y lo que a continuación vi, no tiene descripción posible.
Ante mi, había cientos, quizás miles de luciérnagas dando un espectáculo increíble. Salí de la casa de campaña y pude percatarme que estaban por todos lados ¡me tenían rodeado! Era inverosímil como formaban perfectamente un circulo. Estaba rodeado de ellas en 360 grados. Eran luces verdes brillantes y grandes, no parecía la típica luz de luciérnaga. ¿De donde salieron tantas? Estaba fascinado, pero tanta oscuridad me invadía, por lo que desperté a Ximena y Oscar para que compartieran este momento conmigo. Un murciélago pasó volando a toda velocidad cerca de mi oído y lejos de causarme más temor, me provocó más asombro. Sentía temor de no ver nada más que esas luces fosforescentes, pero a su vez sentía paz y felicidad. Intenté tomar una foto para captar el momento pero no pude. Supongo que las cámaras actuales aún no tienen la tecnología para captar algo así. O quizá sea yo un bruto. Puede ser.
Nos metimos a las casas de campaña de nuevo y abracé a Ximena muy fuerte, le di un beso de buenas noches y dormí. Así terminaría nuestro segundo día como mochileros.
Dónde es? Se ve maravilloso ! Felicidades por tu experiencia
ResponderBorrarEs en las ruinas de Tamohí y un lugar llamado "El nacimiento". Ambos muy cerca del pueblito de Tamuín, San luis potosí :)
BorrarEsa noche fue inolvidable! Bueno, cual no? Jaja. Te acuerdas de los gusanos tamaño dinosaurios? Jajaja y mi grito? Jaja. Te amo Daniel!
ResponderBorrarTu grito tipo "me están secuestrando ayudenme" jaja
BorrarDios, como me asustaste aquella vez. Miedosita, sabes que te amo también <3