Río Verde, SLP.
—¿Quieres que te preste un arma? —Dijo Pepe con total tranquilidad.
Ante tan poderosa invitación, uno no sabe que responder. La tentación fluye a raudales dentro de ti y la lucha interna se torna inevitablemente un campo de batalla.
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Saliendo de Concá, Querétaro, fue un día difícil para pedir ride. 3 rides en una distancia relativamente corta. Contactamos a Pepe, un amigo que habíamos hecho en la carretera y que una semana atrás nos había invitado a su casa en Río Verde. Ahí, nos recibió con los brazos abiertos y como tenía muchísimo pasto verde para acampar, ahí nos quedamos. Platicamos con él toda la tarde, ponerse al día, contar anécdotas, chistes. Tardó poco para que cayera la noche y con ello un buen baño para dormir a gusto.
Arreglamos nuestras cosas y veíamos el mapa para decidir por donde ir. Ya nos íbamos cuando Pepe se sentó en la mesa con nosotros y nos preguntó a donde iríamos.
—¿Van a ir a la media luna entonces?
—Si, andamos viendo que camión agarrar o que calle tomar.
—No, no, no. Aquí yo tengo motos, tri-motos, cuatri-motos, camionetas, carros y lo que quieran. ¿Qué necesitan?
Tragué saliva. La confianza total que no estaba dando pepé era abrumadora.
—Eeeh... no, así estamos bien Pepe, gracias. De verdad.
—¿No quieren irse en la camioneta? Llévense la mía entonces. —Terminó señalando una Cadillac bastante lujosa y brillosa.
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—Wow... pero no pepe, muchas gracias. Nos podemos ir perfectamente caminando.
—Nada, tengan —nos extendió las llaves de una F-150— llevensela y vayan a la media luna. Disfruten por allá. Si se les hace tarde o quieren pasar la noche allá, pueden acampar y mañana me traen la camioneta.
Siendo que los ojos de Pepé parecía que no aceptarían un "no" por respuesta; tomamos las llaves.
—Bien, bien. Ahora, ¿quieres que te preste un arma? —Dijo con total tranquilidad.
Ante tan poderosa invitación, uno no sabe que responder. La tentación fluye a raudales dentro de ti y la lucha interna se torna inevitablemente un campo de batalla.
Ante tan poderosa invitación, uno no sabe que responder. La tentación fluye a raudales dentro de ti y la lucha interna se torna inevitablemente un campo de batalla.
—Nononononono! Este... así estamos bien. —Logré articular—. ¿Está muy peligroso por allá?
—Para nada, está muy tranquilo, pero te la puedo prestar si quieres... —Tendiendo la invitación de nuevo.
—No, gracias. De todas formas siempre cargo mi navaja. —Dije tratando de evadir la responsabilidad.
—¡Pero un arma es más rápida! —Arremetió Pepé.
—Sin duda... pero así estamos bien. Si dices que está tranquilo por allá, entonces no la necesitaremos.
—Bueno. Que les vaya bien, Diviértanse.
—Para nada, está muy tranquilo, pero te la puedo prestar si quieres... —Tendiendo la invitación de nuevo.
—No, gracias. De todas formas siempre cargo mi navaja. —Dije tratando de evadir la responsabilidad.
—¡Pero un arma es más rápida! —Arremetió Pepé.
—Sin duda... pero así estamos bien. Si dices que está tranquilo por allá, entonces no la necesitaremos.
—Bueno. Que les vaya bien, Diviértanse.
Partimos con una extraña sensación en el pecho. Lo sé, estarán pensando que probablemente Pepé era narco o algo parecido, pero la verdad es que —si lo era— no lo parecía. Su casa no era para nada lujosa, su forma de vestir era bastante austera y no usaba joyas. Preferimos no pensar en ello y mejor enfocarnos en pasarla bien. Nos recorrimos la pequeña ciudad en la camioneta y después la estacionamos por ahí para caminar un poco. Ahí vi por primera vez una agua de horchata color rosa. Unos graffitis de Zapata y Frida en caricatura y poco más. Como era lógico en esas fechas, el sol ardiente nos envolvía por lo que decidimos ir ya a la media luna. Nos pasamos unos cuantos metros de la entrada, pero la encontramos. Tras un camino un poco confuso de terraceria llegamos por fin.
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Gente a discreción. Es lo primero que ves, inevitable. $50 pesos la entrada; demasiado en nuestra opinión. El lugar era desmesuradamente bello pero lleno de gente y con gritos por doquier... le restaba belleza. Aún con todo esto entramos, nos metimos al agua y la pasamos bien. Ximena gritaba asustada que algo le había mordido la pantorrilla muy fuerte y recuerdo que me reí mucho pues no le creí. Pensé que exageraba, hasta que me mordieron a mi. ¡Diablos! Si que muerden fuerte esos peces. Noté que me mordían en donde tenía costras y tenía unas cuantas así que sufrí de varios ataques de cocodrilos más. Ya sé, pero parecían cocodrilos.
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Como sea que fuera, el lugar me gustó mucho. Las aguas eran hermosas y la profundidad en la mayoría del lugar no superaba mi cuello (mido 1.74). Tras ponerse el sol decidimos volver al campamento y regresar la camioneta. No queríamos ser de más atrevidos y devolverla al otro día.
Así lo hicimos y luego de otro agradable baño nos dispusimos a descansar.
Así lo hicimos y luego de otro agradable baño nos dispusimos a descansar.
Tardé en dormirme y pensaba en esta experiencia. ¿Que tipo de persona le presta su mejor camioneta a un trío de mochileros que acaba de conocer? ¿Que habrá sucedido en la vida de Pepé para que demostrara su calidez humana de esa forma? Yo salí de mochilero por que quería demostrar que aún existe gente hermosa que te puede brindar apoyo no importa qué.
No se imaginan cuan contento dormí esa noche tras haber conocido a Pepé. No sé de donde sacó el arma o a que se dedicara realmente, pero lo bien que nos trató y la ayuda que nos brindó es suficiente para ver el gran ser humano que es. Sin duda, una de mis mejores experiencias como mochilero.
:o
ResponderBorrarPues en realidad la laguna es famosa por tener aguas tibias durante todo el año y una profundidad máxima de 33 metros. Muy divertido para hacer freedive y SCUBA, prefiero el primero la experiencia es increíble. Ahí obtuve mi segunda estrella en freedive con Alejandro Lemus. También hay zonas de acampar muy limpias y tranquilas. Llegan muchos buzos así que hay que entrar temprano para disfrutar toda la claridad. También hay un sistema de raíces muy divertido para explorar. Dentro del parque es seguro, pero SLP es famoso por tener mucho marco cerca de río verde. Saludos y disfruta a los potosinos, son únicos en su tipo.
ResponderBorrarTal ves de joven salió de Mochilero
ResponderBorrarEntre sus historias nos dijo que había viajado mucho por Estados Unidos cuando fue joven, así que probablemente si.
BorrarQUE BUENA ANECDOTA, YO TENGO UNA MUY PARECIDA SOBRE UNA PERSONA ASI CUANDO VIAJAS DE MOCHILERO A MI OPINION LO QUE TE PASA SIEMPRE ES PERFECTO AUN CUANDO TE ENCUENTRAS CON PERSONAS COMO PEPE A LO QUE YO SIEMPRE HE LLAMADO SUERTE VIAERA
ResponderBorrarSALUDOS